Robert Kubica ha vuelto a subirse a un Fórmula 1, seis años después de su grave accidente en el Rallye di Andora.
El piloto polaco, de 32 años, ha pilotado un Lotus E20 de 2012 con los colores actuales de Renault en el circuito Ricardo Tormo de Cheste, completado 115 vueltas.
Según la escudería: “Robert se quejó del grip, subviraje, aerodinámica… y tuvo la sonrisa más grande tras sus 115 vueltas”.
Kubica ha admitido que el test ha sido muy importante para él, aunque le dejó con una sensación agridulce.
“Para mí, ha sido un día importante desde un punto de vista emocional. He estado mucho tiempo fuera del paddock y he pasado por periodos difíciles. Seguí trabajando duro y hace unos años pensé que era imposible. Tengo sentimientos enfrentados porque estoy orgulloso de lo que he conseguido hoy, pero también muestra lo que he perdido”.
“No sé qué traerá el futuro, pero sé una cosa. Después de trabajar durante más de un año preparándome para esto, piloté con buen ritmo y consistencia en condiciones complicadas. No es fácil tras seis años, pero sabía que podía hacer el trabajo y puedo estar satisfecho. Aprecio la oportunidad. Renault me permitió realizar mi primer test en Fórmula 1 en 2005, así que aprecio otro test en esta ocasión”.
Por su part, el director deportivo de Renault, Alan Permane, afirmó que el ‘feedback’ proporcionado por Kubica le recordaba a su paso por la escudería en 2010.
“Fue bueno volver a ver a Kubica en un Fórmula 1. Fue un día sin problemas. Intentamos condensar un fin de semana de gran premio en un día, lo que fue interesante para él. Ha cambiado un poco y ahora es más calmado y no tan agresivo a la hora de pedir detalles sobre los reglajes del coche. Con sus comentarios, en cambio, parecía que habíamos viajado en el tiempo. Es complicado subirse a un Fórmula 1 seis años después e hizo una buena actuación”.
“Este fue un evento único para Kubica. Su estancia en Renault tuvo que terminar antes de tiempo y percibimos un buen futuro con él. El equipo estaba en Valencia probando con Sergey Sirotkin y era una oportunidad perfecta para ofrecer a Kubica un día en el coche y participar en su recuperación”.