Pedro de la Rosa tiene por delante un fin de semana intenso, y por muchas razones, pero la principal es tener que adaptarse a un monoplaza completamente nuevo para él.
«Es una oportunidad que no esperaba, quiero hacer un buen trabajo. Estaba terminando de almorzar cuando Kaltenborn, CEO de Sauber, se presentó en McLaren y me dijo, ‘¿estás listo? Es muy probable que tengas que meterte coche’. Miré el reloj y faltaban 10 minutos para la sesión«.
«A partir de entonces todo fue una carrera para obtener mi casco, mi mono y el resto de mis cosas de McLaren y sentarme en el coche. Pudimos usar mi asiento del año pasado, que ha sido muy importante y absolutamente vital. Pero no pudimos recolocar los pedales y tuve que salir sin poder cambiarlos. Es una oportunidad y tenemos que disfrutarla».
«Vamos a ser realistas. Tengo mucho que aprender todavía. Además, tengo que hacerme con los botones del KERS y del alerón porque hay muchas diferencias entre el Sauber de este año y el del año pasado y más todavía con el McLaren y estoy acostumbrado a un coche con los botones en el lado opuesto».
«Después de Mónaco Martin Whitmarsh me había dicho que me habían llamado de Sauber en caso de que hubiera una oportunidad, pero me dijo que no me entusiasmara. Llegué aquí pensando que era imposible. Sabía que Sergio estaba bien y yo estaba seguro de que no me subiría al coche«.