Max Mosley, en declaraciones a Daily Telegraph, se ha mostrado desolado por las reacciones de pilotos y equipos ante el frustrado cambio del sistema de puntuación de la FIA 
para 2009.
El presidente aseguró que sabía que poner en marcha el nuevo sistema requería el consentimiento de los equipos. Sin embargo, Mosley pensaba que los equipos estaban conformes. «Bernie (Ecclestone) me dijo que él había hablado con todos los equipos y que todo el mundo estaba de acuerdo.» «El Consejo Mundial estaba bajo la impresión de que todos estaban de acuerdo,» declaró el británico de 68 años.
Además el presidente de la FIA ha añadido que cree que el GP de Australia se ganará en los despachos, a su juicio, los controvertidos difusores usados por el BrawnGP, Toyota y Williams provocarán quejas y reclamaciones por parte de otros equipos. «Terminará (el GP de Australia) con una decisión de los comisarios. Los que se vean perjudicados recurrirán y todo terminará en la Corte de Apelación. Si todos los equipos hubiesen pensado que el dispositivo es ilegal, no deberían haberlo usado en las pruebas de Barcelona«, dijo.