La FIA ha sembrado el caos tras cambiar de nuevo la reglamentación sobre el difusor soplado, que a partir del GP de Gran Bretaña iba a ser de un 10% en frenada, y ha permitido en un inicio que solo los equipos con motores Renault pudieran expulsar hasta un 50% de los gases en frenada en soplado frio, es decir sin inyectar combustible.
El motivo es que Renault Sport F1 ha alegado que su motor debe expulsar, al menos, el 45% de los gases para mantener la fiabilidad del mismo.
Todo se ha hecho público cuando en la rueda de prensa de la FIA, Martin Whitmarsh ha protestado y ha entrado en discusión con Christian Horner.
Whitmarsh: «Nos enteramos en la mitad de la sesión de entrenamientos libres de que Christian Horner no había perdido todo lo que se esperaba. Las reglas son flexibles y parecen cambiar a cada momento. No critico a Red Bull, ellos tienen que intentar sacar lo máximo que puedan de esta situación, pero todos nos quedamos un poco sorprendidos cuando nos dijeron que habían modificado el reglamento en mitad de los primeros libres».
«Se suponía que cuando levantas el pie del acelerador, el motor dejaría de acelerar, pero hubo una negociación y, tal como lo entiendo yo, el motor Renault mantiene una aceleración del 50% durante la frenada. Y eso no es lo que la mayoría de nosotros esperaba, hoy nos hemos llevado una sorpresa. La FIA ha permitido a los motores Renault, y sólo a los Renault, tener un soplado frío al 50% cuando se levanta el pie del acelerador, mientras que al resto se les ha permitido el soplado caliente al 10%, lo que según Horner es igual, o mejor, que lo permitido a Renault».
Horner: «La interpretación de Martin es interesante. A mi entender, la FIA ha reaccionado de la forma correcta y equitativa, ya que no todos los motores son iguales. Operan de diferente manera, tienen códigos de control distintos. En la FIA son los únicos que tienen acceso a toda esta información».
Tras lo ocurrido, Charlie Whiting se reunirá esta noche con los fabricantes de motores para discutir la situación.