Fernando Alonso fue el único piloto que no cometió errores en Silverstone. Hasta Hamilton tuvo una salida a la hierba.
La sobriedad al volante del asturiano le sirvió de poco. Sesenta vueltas bajo la lluvia para terminar en el mismo lugar que había comenzado: sexto, a pesar de que amagó un par de veces con asomarse al podio.
Mientras los demás patinaban, Alonso caminaba con paso lento pero firme. Pero no contaba con la equivocada estrategia de su equipo.
El equipo manejaba varias opciones de estrategia para desarrollar antes de la primera parada, pero la escogida no resultó la mejor.
Había parado de llover y Renault no esperaba más agua. Cargaron gasolina a Alonso y lo mantuvieron con los neumáticos intermedios de agua. Su desgaste les haría comportarse como si fueran de seco en una pista tan sólo húmeda. Raikkonen imitó la idea y también se equivocó. Fueron los únicos. El resto siguió con los intermedios.
La sangría de posiciones que perdía Alonso era grande. Glock, Piquet y Heidfeld lo adelantaron fácilmente y por la radio llamaron de nuevo al asturiano, sólo seis vueltas después de su primera entrada. Allí le pusieron gasolina hasta el final y ruedas nuevas. En medio del pelotón, el piloto de Renault se las arregló para continuar vivo.
Y así continuó. Luchando contra los pilotos y contra los elementos, el asturiano aguantó la sexta plaza como pudo.
Esta claro que solo Honda supo realizar una magnifica estrategia que permitio a un desaparecido Barrichello volar hasta el podio, y ha pesar de que Silverstone tiene un largo pit lane y tubo que parar en boxes hasta en tres ocasiones el Rubens pudo alcanzar el tercer cajon.
Iván López – ivan@f1sintraccion.com