Después del Gran Premio de Francia Lewis Hamilton estaba furioso por la penalización del drive-through que le impusieron durante la carrera, y advirtió a sus detractores que no sucumbirá ante la presión de la vida en la parrilla.
Después de saltarse la chicane en una maniobra de adelantamiento a Sebastian Vettel, los comisarios obligaron a que el británico efectuara un drive-through.
Por lo tanto, Francia se convierte en la segunda carrera consecutiva en la que Hamilton no puntúa, y ahora se encuentra a diez puntos del líder del campeonato, Felipe Massa.
Inmediatamente después de salir de su monoplaza el domingo por la tarde, Hamilton se negó rotundamente a hablar con la prensa, pero más tarde negó estar en una fase de frustración en su joven carrera.
«Me siento tranquilo. Todo va bien. Sigo aquí, no hay nada que puedan hacer para acabar conmigo«, le dijo a los periodistas. En un aparente mensaje a los que toman las decisiones en la F1, Hamilton insistió en que no se dejará impresionar por las ráfagas de decisiones que se han tomado en su contra.
«No hay nada que puedan hacer para distraerme. Podrán seguir penalizándome y haciendo todo lo que quieran, que seguiré luchando y volveré con un resultado«, añadió.
Hamilton cree que no hizo nada para merecerse la penalización del drive-through, que estuvo acompañada también de otra decisión polémica con su compañero en McLaren, Heikki Kovalainen, a quien le impusieron un retraso de cinco posiciones en la parrilla de salida por bloquear a un piloto durante la calificación.
«Yo estaba alejado de los problemas y piloté en lo que pensaba que iba a ser una carrera justa«, dijo Hamilton.
Refiriéndose a la maniobra con Vettel, explicó: «Ya estaba por delante pero perdí mi parte trasera, lo corregí y me salí por el bordillo, que no lo veo precisamente como una forma de hacer trampas, pero las reglas son las reglas«.
Iván López – ivan@f1sintraccion.com